Montañas Wicklow
Camino a las montañas
Nos dirigíamos en nuestra primera excursión hacia el sur. Nuestro guía
Edmund (Ed para los amigos) nos paseó por la costa dublinesa hasta Bray.
Allí nos desviamos por una estrecha carretera hacia las montañas Wicklow,
"el jardín de Irlanda". Ed nos contó que el juego favorito de los chicos
de la zona era cambiar la dirección de las señales y efectivamente vimos
una flecha que indicaba hacia el lado contrario de donde estaba la carretera.
Según íbamos haciendo el recorrido, más me convencía de que hacer esta
excursión por nuestra cuenta hubiera sido un poco complicado. Entre las
señales mal colocadas y las carreteras que más parecen caminos, nos hubiera
costado mucho llegar a nuestro destino sin preguntarnos cada dos por tres,
¿iremos bien?, ¿seguro que esta es la carretera que aparece en el mapa?.
Lo de ir con guía tiene sus ventajas, aunque también tenga el inconveniente
de no poder pararte donde quieras.
El paisaje que veíamos desde nuestro mini-autobús estaba lleno de preciosas
lomas verdes que según nos explicó Ed cambiaban de color dependiendo de
la época. Por ejemplo, cuando florece el tojo (gorse en inglés como nos
explicó Ed), una planta muy común en esta zona, (y también en nuestra
Galicia), el campo se pone de un maravilloso color amarillo.
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