Despedida

Aunque parezca increíble, aún no habíamos visitado la capital y hubiera sido un poco extraño volvernos a Madrid sin ver ni siquiera su teatro romano.

Así que después de preparar las maletas nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Ya era de noche y el teatro estaba cerrado, pero pudimos entreverlo desde las puertas.

Había mucha gente por las calles y cerca del teatro visitamos varias tiendas de souvenirs. Especialmente nos entretuvimos en una que atendía una española llamada Pilar. Era la tienda más barata de las que habíamos visto y Pilar era supersimpática. Imma la conocía y nos estuvo contando que era guía turística y que estaba considerada como la mejor de Jordania.

Despedida de AmmanCuando acabamos de hacer las compras fuimos a cenar y después nos volvimos a casa para celebrar el cumpleaños de Justo y para recoger las cosas y largarnos al aeropuerto.

Mohammed vino a buscarnos con una superfurgoneta, bastante diferente a las furgonetas cutres que habíamos llevado durante el viaje. Se ve que quería que nos lleváramos buen sabor de boca...

Nuestro conductor se despidió de nosotros con dos besos (lo mismo de los chicos como de las chicas), lo cual nos sorprendió bastante pero nos divirtió. Mohammed se quedó con la dirección de Rubén así que quien sabe si algún día le veremos por estos barrios...

Y aquí acabó el viaje a Jordania y a Siria que, al menos a mí (y creo que a los demás también), me ha dejado un buen sabor de boca.

Además, como se nos han quedado cosas por ver, quién sabe si no nos pasamos otra vez a continuar la visita...



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