Monte Nebo

Empezábamos nuestro circuito sin la ayuda de Imma, aunque sí con la de nuestro chofer. Mohammed estuvo puntual para venirnos a buscar y antes nos dio tiempo de conocer a Raya, el chico de la limpieza de Imma que era Srilankés.

¿A qué es curioso?. En España no es que sea muy común lo de tener un chico de la limpieza. No estaría mal que se pusiera de moda. ¿No?.

Vistas desde el Monte Nebo - Foto proporcionada por Sonia BarahonaEse día llegamos enseguida al Monte Nebo. Allí es donde se supone que está enterrado Moisés. Desde el monte se pueden ver en un día claro el Mar Muerto y las torres de las iglesias de Jerusalén (o eso dicen), y por eso cuenta la leyenda que es el lugar desde donde Moisés pudo ver la "tierra prometida" antes de morir. Nosotros no pudimos ver nada por culpa de la niebla.

Mosaico Monte NeboDentro de la iglesia franciscana que hay en el monte, se conservan varios mosaicos. El mejor de ellos mide 3 x 9 metros y está muy bien conservado. Representa escenas de caza, de la elaboración del vino y un surtido de animales como panteras, osos, zorros, leones ovejas y gallinas.

Se suponía que estaríamos allí una media hora como mucho, para ver la iglesia, algún mosaico y el paisaje del Valle del Jordán. Pero nos tiramos allí mucho más tiempo, sobre todo enredados comprando botellitas llenas de arenas de colores y negociando con el vendedor si nos vendía la arena suelta para que Rubén, uno de nuestros compañeros de viaje, se la llevara a sus hijas.

Al final Rubén se salió con la suya y sus niñas han tenido un regalo que dudo que nadie lleve de Jordania.



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