Y de Marsalforn nos dirigimos a la supuesta cueva de Calipso, donde la ninfa del mismo nombre retuvo a Ulises en su vuelta a casa de la guerra de Troya. No es que haya ninguna prueba de esto pero los gozitanos así lo creen.
La cueva son unos cuantos pedruscos sin mayor encanto, pero la vista de la bahía de Ramla sí que vale la pena.
Cuando nosotros salíamos de la gruta un grupo de españolas bajaba, y una de ellas preguntó “¿y por qué era qué teníamos que venir hasta aquí?”. La verdad es que respuesta no estaba muy clara, a no ser que le echaras un poco de imaginación al asunto...
Antes de volver a Malta queríamos visitar los templos de Ggantija (se pronuncia algo así como yegantiya), pero llegamos en el momento en el que los cerraban. Quizá si hubiéramos ido directos y no nos hubiéramos perdido como era la norma, nos hubiera dado tiempo. En fin, otra vez será...
Así que hicimos nuestro camino de vuelta despidiéndonos de Gozo y de Comino y volviendo a Malta.