Damasco es la capital de Siria y su ciudad más grande con una población de casi tres millones y medio de habitantes. Según me ha contado Qusai Helwani, de la Agencia de Viajes United Travel Management, durante el día puede llegar a tener hasta ¡¡¡5 millones de habitantes!!!.
Ha sido conquistada por multitud de pueblos entre los que se encuentran griegos, romanos, turcos o mongoles, una historia que se repite en toda la región siria - jordana.
Los turcos y los alemanes la utilizaron como su base en la I Guerra Mundial y los franceses la ocuparon entre 1920-1945. Por fin en 1946 Damasco se convirtió en la capital de una Siria independiente gobernada por Hafez al-Assad.
Fue aquí donde Pablo de Tarso se convirtió al cristianismo.
Nos movimos poco de la ciudad vieja. Una muralla, inicialmente romana, la rodea, y dentro de ella hay varias mezquitas, algunos palacios y museos, el zoco y el barrio cristiano que se sitúa alrededor de la Puerta Este (Bab Sharqi la única puerta romana que se conserva).
Este primer día comimos en un precioso restaurante del barrio antiguo; tomamos té árabe en un precioso café en el que había mucha gente fumando narguile (una especie de pipa); y paseamos tranquilamente por el laberinto de calles del barrio cristiano.
En una tienda del barrio cristiano al lado de Bab Sharqi, María, nuestra "guía" en Damasco, aconsejó a una pareja de turistas que no compraran en la tienda en la que estaban porque era muy cara y les dio la dirección de otra tienda más barata.
Al dueño de la tienda en la que estábamos no le hizo mucha gracia y cuando nos fuimos nos siguió y amenazó a María. Le dijo que no se le ocurriera volver por su tienda o iba a tener problemas. Afortunadamente estábamos dentro de un pequeño palacio y la persona que nos lo enseñaba nos dijo que era a este hombre al que él no iba a dejar entrar por allí. Parece que los árabes se toman en serio lo de la hospitalidad, enseguida están dispuestos a defenderte. Así da gusto.
El palacio que nos enseñó era precioso, se llamaba Bayt Nassan y era una lujosa casa noble con preciosas habitaciones adornadas al estilo islámico, las paredes forradas de maderas de diferentes colores, los muebles antiguos muy bien conservados, los techos impresionantes, era una maravilla. El hombre que nos lo enseñó y que había defendido a María no quiso cobrarnos nada.
Aún en el barrio cristiano pudimos ver la capilla de Ananías. Buscamos la de San Pablo, donde según la tradición los cristianos descolgaron a San Pablo por la ventana para que escapara de la ira de los judíos por haber predicado en las sinagogas, pero estaba cerrada.
Por la noche cenamos también en la parte antigua, cerca de la Puerta de Tomás (Bab Tuma). El restaurante era precioso y nos acompañaron algunos amigos de María. Es curioso que fuéramos a conocer a un vigués (Salvador) y a un toledano en Damasco, pero así fue.
Además, después de la maravillosa cena nos fuimos a bailar unas rumbitas a un pub que había por allí cerca. Sí, lo digo en serio, parece que está de moda la música española en Siria y en Jordania.