La ciudad de Edfú fue la capital del II Nomo del Alto Egipto.
El templo está tan bien conservado debido a que estuvo enterrado en la arena hasta lo más alto de sus capiteles.
Samir nos explicó que según las últimas investigaciones, el templo tiene forma de pirámide tumbada. Esto es, el pilono es la parte más ancha y según se avanza hasta el santuario sus salas son cada vez más pequeñas y oscuras. Todo te va dirigiendo hacia el fondo del templo.
Numerosos relieves e inscripciones cuentan la historia de este lugar. Por ejemplo, sabemos que la primera piedra se puso el día 7 del mes de Epiphi, en el décimo año del reinado de Ptolomeo III Evergete, o sea, el 23 de agosto del 237 a. C. También podemos conocer la fecha de fin de la edificación, que fue el 15 de diciembre del 57 a. C.
O sea, se tardó dos siglos en su construcción, siguiendo, según un grabado, un plano de Imhotep. Imhotep fue el visir de Zoser que construyó la pirámide de Saqqara, así que difícilmente pudo hacer los planos para este templo. Sin embargo, al ser considerado dios, protegía la construcción de los edificios y al atribuirle la construcción de Edfú se garantizaba la perfección de la obra.
(El protagonista del libro "Ladrones de Atlántida" de José Ángel Muriel, es Imhotep. En él se da una interesante interpretación de la vida del importante personaje egipcio, uniéndola con la historia de la Atlántida. Podéis obtener más información sobre este entretenido libro en: http://www.elautor.com/)
En este templo, dedicado a Horus, se celebraban tres fiestas litúrgicas importantes: la del Nuevo año, la del matrimonio entre Horus y Hator y la del triunfo de Horus sobre Set.
Otra celebración era la de la coronación del halcón. Los guardianes del templo criaban halcones en una jaula y cada año elegían a uno de ellos que durante doce meses era el símbolo viviente del dios Horus.