Nubia es una de las cinco regiones egipcias junto con el Delta, el valle del Nilo y los desiertos del Este y del Oeste.
Geográficamente se extiende a los dos lados del Nilo y está entre la primera y la cuarta catarata. La parte Norte es la egipcia y la Sur es la sudanesa, pero a pesar de pertenecer a dos países distintos, los nubios conservan su propia lengua y su propia cultura.
La palabra Nubia significa “oro” y esta tierra suministraba a Egipto oro, madera, marfil, especias, plumas de avestruz y también soldados para sus campañas.
Nuestra excursión empezó con el traslado en motora hacia la orilla desértica del Nilo. El viaje nos lo amenizó Mito, un chico nubio que tocaba el bongo, cantaba y bailaba.
Samir dijo que era el que mejor tocaba el bongo y la verdad es que sonaba muy bien. Entre él y Samir nos enseñaron una canción nubia. El estribillo era algo así como "Ohhh, a lere" y significaba "bienvenidos a mi pueblo".
Enseguida nos animamos a cantar y dar palmas, y más nos valía porque si nos quedábamos quietos o callados, enseguida llegaba Mito a movilizarnos.
Fue muy divertido.
También aprovechamos para hacer algunas compras durante el trayecto (extraño, ¿no?). Nos ofrecieron collares de hematites y otras piedras semipreciosas, abrecartas de marfil (o algo parecido), figuras de madera perfumadas...
Hacía muy buen día y se estaba a gusto navegando. Los guías (íbamos dos grupos juntos, el nuestro de Samir, y el de Rabi) iban hablándonos de las distintas cosas que veíamos en el trayecto que bordeaba la orilla izquierda del Nilo.
Primero vimos las tumbas de los nobles y pasamos por la isla del jardín botánico, que luego visitaríamos “in situ”; distinguimos el camino por el que se iba al Monasterio de San Simeón, que nos quedamos sin conocer; y recorrimos con la mirada, también desde el barco, el mausoleo del Aga Khan.
Este personaje, líder de los musulmanes ismaelitas, murió en 1957. Él pasaba parte del invierno en una villa en la orilla izquierda del Nilo y en su testamento decidió que quería ser enterrado aquí. Su mausoleo se construyó en arenisca rosa, tomando como modelo la mezquita El-Guyushi de El Cairo y su tumba está hecha de mármol blanco de Carrara.
En el camino paramos a conocer a la mimosa, un árbol que cuando tocas o agitas sus hojas, las contrae. También se repliegan dependiendo de que sea de día o de noche.