Cuando llegamos a tierra había tiempo para darse un baño en el río, aunque nadie de nuestro grupo se atrevió, y para coger "la más fina y bonita arena del desierto", según nos explicó Samir. Efectivamente era una arena muy bonita, de color casi anaranjado y muchos hicimos acopio de ella. Además... ¡era gratis!.
Allí pronto empezaron a rodearnos los niños que vendían collares, colgantes... pero nosotros ya habíamos hecho las compras en el barco.
Después de reposar un rato sentados en este precioso lugar, montamos en camello para llegar hasta la aldea nubia.
Yo nunca había montado y la verdad es que esas alturas impresionan un poco, sobre todo porque el camino iba bordeando un terraplén que daba al río y daba la impresión de que el camello se iba a resbalar y nos íbamos a caer los dos rodando.
El nombre de mi camello / a era Celine Dion. Gracioso, ¿no?.
Después de un buen rato montados en camello y agarrándonos fuertemente para no caernos, llegamos al pueblo nubio.
Allí nos llevaron a la primera casa que se veía, nos ofrecieron té, nos enseñaron unas crías de cocodrilo, nos hicieron un tatuaje de henna y pudimos ver la casa.
Nosotros habíamos pensado que nos llevarían a dar un paseo por el pueblo, pero no fue así.
Los guías nos dijeron que, por seguridad, la policía no les permitía llevar a turistas a pasear por el pueblo. Anteriormente sí lo habían hecho, y se habían producido robos. Al parecer, los niños del pueblo, en cuanto veían a un turista, lo rodeaban y se convertían en una amenaza.
A pesar de las advertencias de los guías, algunos salimos a dar una vuelta por el pueblo y no hubo ningún incidente extraño.
Era otra norma más de seguridad para proteger al turista, pero una vez más, un poco exagerada.
Volvimos corriendo a "nuestra" casa nubia, porque el barco se iba y sólo quedábamos nosotros por subir.
De regreso a nuestro barco-hotel, pasamos por la isla Elefantina; por el Hotel Old Cataract dónde Agatha Christie escribió su novela “Muerte en el Nilo”; por los remolinos que quedan de la primera catarata; y llegamos cuando ya era de noche.
