Soy viajera y escritora aficionada. Me interesa la historia, la vida, las curiosidades y la gente y también estoy a gusto trabajando con un ordenador (a pesar de que esta tarea esté también relacionada con mi trabajo remunerado).
No tengo nada que ver con ninguna agencia turística, simplemente observo, leo, escucho, investigo, fotografío y luego lo cuento.
Desde hace mucho tiempo tenía ganas de conocer Egipto, pero por diferentes razones, el viaje no se acababa de concretar. Por fin, mis amigos Fernando y Montse tomaron las riendas, estudiaron ofertas y se decidieron por el circuito de Iberojet, “Templos y Faraones” al que finalmente nos apuntamos: Fernando y Montse, los organizadores, y sus hijos Pablo y Álvaro; Marisa, hermana de Montse, su marido Paulino y su hija Julia; y mi pareja Justo, y yo. En total 9 personas que tuvimos que convivir esos doce días que duró el periplo.
Llegamos en avión hasta Luxor. Nosotros habíamos gestionado nuestros visados para no esperar colas a la llegada, pero igualmente tuvimos que rellenar unas tarjetas con nuestro nombre, fecha y lugar de nacimiento, como trámite de entrada al país. A la salida tuvimos, igualmente, que rellenar otras tarjetas semejantes.
Una vez conseguimos pasar el control de pasaportes y recoger las maletas, nos reunimos con Samir, que sería nuestro guía durante el viaje.
Ya en el barco, (El Plaza de la compañía Presidential), nos ofrecieron karkadé como bienvenida. El karkadé es un refresco de color rojo hecho con flores de hibisco y que está bastante bueno.
Ya estábamos preparados para empezar a descubrir las maravillas de Egipto.
Rosa Gómez González