Desde Caen organizan visitas al Museo Memorial y las playas de desembarco, pero nosotros decidimos dar un paseo por las playas por nuestra cuenta y no visitar el Museo.
Así que nos desplazamos hasta Graye-s-Mer, vimos sus playas, un monumento a los caídos y un tanque conmemorativo del desembarco. Ese año, el 2004, se conmemoraban los sesenta años desde el desembarco.
Y una vez que habíamos paseado un rato por la playa, volvimos hacia Caen para coger la autovía que nos llevaría a Mont Saint-Michel.
Necesitábamos gasolina y paramos en una gasolinera en la que no había ni siquiera una persona que cobrara. Tu llegabas, introducías tu tarjeta, marcabas la cantidad que querías, y ¡ala! a echar gasolina.
No probamos el sistema porque sólo era para tarjetas francesas.
Cuando llevábamos algunos kilómetros recorridos desde Caen, sonó un pitido en el coche que indicaba que estábamos sin gasolina. En el recorrido que llevábamos no habíamos visto ninguna gasolinera, así que sólo nos quedaba salir en el siguiente pueblo y confiar que hubiera una gasolinera cerca.
Así que salimos en Villers-Bocage y hubo suerte, enseguida encontramos gasolinera. ¡Ufff!, habíamos salido de un buen apuro.