Y partimos hacia Rouen (Ruán en castellano), importante puerto fluvial del río Sena. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue destruida en un 50% pero actualmente su orilla norte con su parte histórica se ha restaurado.
Su famosa catedral fue inmortalizada por el pintor Monet hasta 30 veces, buscando diferentes luces y sombras, y en la actualidad sigue siendo preciosa, a pesar de que estén restaurando una parte.
La catedral de Notre-Dame fue edificada a mediados del siglo XII, en el emplazamiento de una catedral románica de la que conserva la cripta. Su construcción terminó en 100 años, pero siguió siendo modificada en los siglos posteriores. Por eso constituye una importante representación de la evolución del gótico.
A la torre linterna se le añadió en el siglo XIX una aguja con una altura de 151 metros y en su interior están enterrados algunos duques de Normandía como el jefe vikingo Rollon, el fundador del ducado, y Ricardo Corazón de León, cuyo corazón está depositado en la cripta como muestra de su amor a Rouen.
El alto interior de la catedral y sus vidrieras son espectaculares.
Después de ver la catedral nos dirigimos a la calle de Le Gros Horloge, o del Gran Reloj. Este precioso reloj comunitario de finales del siglo XIV, da las horas (pero no los minutos); muestra la divinidad que simboliza el día de la semana bajo la cifra VI; y señala por medio de un globo la fase lunar; todo desde un arco que cruza la calle. Los corderos que lo adornan recuerdan la importancia de la lana, y el cordero pascual del centro del arco simboliza las armas de la ciudad.
Al final de esta calle llegamos a la animada place du Vieux Marché con sus preciosas casas de entramados de madera. Aquí fue ejecutada Juana de Arco el 30 de mayo de 1431, durante la Guerra de los 100 años. Una cruz recuerda el sitio donde estuvo la hoguera, y en medio de la plaza está actualmente situada la iglesia de Sainte Jeanne d’Arc, construida en 1979 y cuya forma recuerda la de un barco invertido.
La iglesia tiene la doble función de honrar a la santa cuya fiesta se celebra el 2º domingo de mayo en toda Francia, y de ser un monumento civil en memoria de la heroína. Las vidrieras renacentistas del interior proceden de la antigua iglesia de Saint Vicent que fue destruida por los bombardeos en 1944.
Es curioso que en el mismo lugar en el que quemaron por hereje a Juana de Arco, haya actualmente una iglesia en su honor y que la antigua hereje, se haya convertido ahora en santa.
Los humanos somos así de injustos...
Volviendo en dirección a la catedral por las calles Rollon y aux Juifs, llegamos al Palais de Justice de estilo gótico flamígero del siglo XVI. La parte más moderna es la que da a las calles Jeanne d'Arc et Socrate.
Bordeando la catedral por la calle St-Romain pasamos por dos preciosas casas medievales. La del número 11 es de 1466 y la del número 74 es del siglo XVI.
Siguiendo por esta calle continuamos encontrándonos con casas con vigas vistas o colombages. El casco antiguo de Rouen nos estaba encantando.
La próxima parada sería en la iglesia de St-Maclou, de estilo gótico flamígero y construida entre 1437 y 1521.
Y por último llegamos hasta la enorme abadía de Saint-Ouen, edificada por los monjes benedictinos en el siglo XIV. Es casi tan grande como la catedral, y aunque su construcción duró 2 siglos, su estilo arquitectónico no fue cambiando con el tiempo y continuó fiel al diseño gótico original.
Por dentro, la luminosidad que se filtra por las vidrieras entre las columnas la hace excepcional. Su órgano, de 4.000 piezas, es uno de los mayores de Francia y la reja que protege el coro es también una obra maestra de la época.
El ayuntamiento está en la misma plaza de la abadía y ocupa lo que era el dormitorio de los monjes.
En fin, el paseo por la ciudad nos había encantado, pero se nos iba haciendo tarde, así que seguimos hacia Caen.
Más información en: http://www.mairie-rouen.fr/