Seguimos camino hacia Les Andelys, en el recodo del Sena y paramos a comer en el pueblo, de unos 10.000 habitantes.
Se llama Les Andelys porque son dos: el grande, (Le Grand Andely), que fue un asentamiento galo-romano y un centro cultural y religioso; y el pequeño, (Le Petit Andely), que era un pueblo de pescadores y nació alrededor del Chateau Gaillard.
El Chateau Gaillard es el símbolo del poder de la familia Plantagenet, a pesar de que hoy sólo queden sus ruinas. Fue edificado en 1197 por el anglo-normando Ricardo Corazón de León para proteger a Normandía contra sus enemigos, los reyes de Francia.
Su historia está llena de conquistas y reconquistas entre los reyes ingleses y franceses. En 1204 lo pierde el anglo-normando Juan Sin Tierra y se convierte en prisión real francesa. En la Guerra de los 100 años vuelve a pasar a manos de los ingleses, y en 1404 cae definitivamente ante Enrique IV de Francia, que lo desmantela.
A partir de aquí, como ocurre con tantos monumentos, la fortaleza sirve de cantera para la restauración de varios conventos.
Desde las ruinas del castillo hay una preciosa vista del recodo del Sena y de Le Petit Andely con su preciosa iglesia de Saint-Sauveur de 1202. También se ve el Hospital de Saint Jacques que sustituyó a un lugar de parada para los peregrinos de Santiago de Compostela y se ha convertido en refugio para indigentes y enfermos.
Después de disfrutar de las vistas y de que “alguno” se diera una pequeña siesta sobre la hierva de la colina, bajamos a Le Grand Andely y visitamos su enorme Colegiata de Notre-Dame.
La iglesia es una mezcla de estilos arquitectónicos, desde el primer gótico hasta el renacentista, todos perfectamente armonizados. El edificio está decorado con esculturas, pinturas, artesonados y preciosas vidrieras.
La construcción es impresionante. La verdad es que más que una colegiata parece una catedral.
Más información en: http://www.ville-andelys.fr/fr/