En nuestra tercera noche en Malta cenamos en Avenue, un enorme restaurante en el que podías comer desde pizza y pasta hasta carne y pescado fresco, pasando por hamburguesas. Quizá era demasiado bullicioso pero la comida era muy variada y estaba bien.
En esta ocasión yo tomé arroz a la oriental y Justo pescado fresco.
Después nos dimos un paseo por el casino y decidimos entrar. Sólo queríamos echar un vistazo, pero nos hicieron una ficha, nos tomaron una foto y nos dieron una tarjeta personificada a cada uno.
Entramos, cotilleamos un poco y salimos sin que nos atrapara el vicio del juego.