La pronunciación aproximada del nombre árabe es Fes. Fez, una vez más es su adaptación al castellano.
Nuestra guía en esta ciudad fue la simpática Sabah, acompañada del atento Abdul, que hacía de coche escoba por si alguno nos perdíamos. La parte antigua de Fez es como un laberinto y es muy fácil despistarse, así que los turistas vamos bien controlados para que ninguno se extravíe.
El Arbi nos había dicho que si en algún momento queríamos pararnos, avisáramos a Sabah o a Abdul y que si no veíamos a nadie conocido que no nos moviéramos del sitio, que en cuanto se dieran cuenta volverían a buscarnos. Lo que no era nada recomendable era intentar buscar solo el camino porque podías perderte aún más.
Eso sí, El Arbi quiso tranquilizarnos diciendo que en todos sus años de guía no se le había perdido ningún turista... ¡no íbamos a ser nosotros los primeros!, ¿verdad?.
Otro consejo que nos dio El Arbi fue que estuviéramos atentos al sonido de la palabra “belek!” (en árabe), o attention! (en francés), que significa ¡atención!, porque por las calles de la medina pasan muchas personas y muchos burros cargados y... ¡sin frenos!, y no es recomendable interponerse en su camino.
Dentro de la medina parece que es bastante aconsejable contratar un guía oficial, vayas o no por tu cuenta. O eso, o intentar no alejarte mucho de las dos calles principales, la Talaa Kebira (gran cuesta) y la Talaa Seghrira (pequeña cuesta).
El mapa más detallado que he encontrado está en la página: http://www.fez-riads.com/medina__maps.htm