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Regreso a Marrakech

Despedida de Yema el-Fna

Ambiente nocturno en Yema el-FnaMúsicos en la plazaEsa noche cenamos en el hotel y salimos con nuestros compañeros de viaje a despedirnos de la famosa plaza de Marrakech.

Aunque intenté disfrutar del ambiente, se volvió bastante estresante porque todo el tiempo te están ofreciendo algo, si no es zumo, es comida, si no te quieren vender algo, si no te piden dinero por ver las actuaciones... y normalmente no aceptan un no por respuesta, así que cuando ya estábamos bastante agobiados, subimos a la terraza del Café de France a tomar un refresco y a hacer fotos tranquilamente.

Era agradable ver la plaza desde lo alto, pero por otro lado, como muchas veces en Marruecos, me quedaba la mala sensación de no estar participando ni disfrutando de ese ambiente. Es la sensación de que ni los turistas queremos mezclarnos con los marroquíes, ni los marroquíes quieren nada de nosotros más que nuestro dinero.

Hay muchos escritores y viajeros que se han sentido fascinados por Marruecos, pero yo no comparto ese sentimiento con ellos. Para mi, los marroquíes no te hacen sentirte bienvenido a su tierra, si no todo lo contrario. Puede que quizá nosotros mismos tengamos la culpa de ese recelo.

Bueno, llegó la hora de volver al hotel y esta vez decidimos tomar un par de calesas para que nos acercaran.

La negociación, como siempre, fue dura, pero Justo no cedió y finalmente consiguió un buen precio. Fue un paseo agradable por la parte nueva de Marrakech, que, por lo menos nos dejó un buen sabor de boca.

Acabamos tomándonos un café enfrente del hotel de Mari Camen y Julio, el lujoso Ryad Mogador Menara, como lo hicimos el primer día que pasamos en Marrakech.

Fue una agradable despedida de la noche marroquí.


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