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Regreso a Marrakech

La Qubba almorávide

La Qubba con la torre de la mezquita Ben Yusef al fondoLa cúpula de la QubbaY ya sólo nos quedaba por visitar un monumento de la plaza, la Qubba el-Barudiyn, el único vestigio del arte almorávide en Marrakech.

Está construida con piedra y ladrillos y decorada con arcos ojivales.

Después de visitar la madrasa y el museo de Marrakech, la Qubba nos decepcionó un poco. Daba la impresión de abandono y de suciedad.

Desde aquí intentamos dirigirnos en dirección sur, hacia la plaza Yema el-Fna y Justo se orientó bastante bien, porque no tardamos demasiado.

Cruzamos algunos de los zocos y llegamos a la plaza. Estábamos agotados y muertos de hambre y sed (bueno, quizá estoy exagerando un poco...).

Entramos a comer en el Café de France, yo comí pasta (espaguetis o macarrones, no recuerdo) que me supieron a gloria y Justo se tomó unas chuletas de cordero, que también le gustaron bastante. Así rompimos un poco la dieta turística marroquí que llevábamos.

Además, por primera vez, no había sólo turistas comiendo, sino también gente local. ¡Bien!, por fin nos mezclábamos, aunque fuera muy poco, con los marroquíes.

De la plaza volvimos al hotel a descansar un poco. Nos lo habíamos ganado.


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