Los orígenes de la mafia no están muy claros. Algunos estudiosos creen que su nacimiento podría estar en la creación de sociedades secretas en el siglo XII para resistir al Sacro Imperio Romano.
Otros apuntan a los Borbones (siglo XVIII) como causa, ya que los reyes españoles contrataron a ex-bandidos para patrullar el interior de Sicilia, y éstos pronto empezaron a aceptar sobornos para hacer la vista gorda.
Otro posible origen de la mafia son los gabellotti, recaudadores de impuestos que actuaban como intermediarios entre campesinos y terratenientes, enriqueciéndose a costa de ambos. Los gabellotti pronto se convirtieron en una clase aparte con sus códigos de honor y conducta y con una particular organización.
Paradójicamente, Mussolini estuvo a punto de acabar con la mafia, pero cuando empezó la II Guerra Mundial, la mafia se convirtió en el contacto con los aliados para la invasión de Sicilia en 1943. Los estadounidenses utilizaron sus relaciones con gángsters italo- americanos como Lucky Luciano para conseguir de la mafia apoyo logístico y de información. Cuando los aliados tomaron la isla y reforzaron a la mafia incorporándola en altos cargos del nuevo Gobierno Militar Aliado.
La posguerra la enriqueció aún más debido a la construcción y al tráfico de narcóticos.
Y actualmente sigue siendo muy difícil acabar con ella al estar metida en todos los sectores de la economía italiana.
Por lo menos está cambiando la posición de la población hacia la mafia. En las anteriores generaciones se reverenciaba a los mafiosos y se les mostraba respeto; en la generación actual se les intenta esquivar e ignorar; y en la de los jóvenes ya empiezan a actuar contra ellos asistiendo por lo menos a manifestaciones antimafia.
De todos modos es un cambio muy lento.
Nosotros no vimos signos de la mafia en ningún momento, pero, probablemente, si nosotros viajábamos tan tranquilos en nuestro autobús, era porque alguien había pagado para que eso fuera así.
Un poco fuerte, ¿no?.
