Comimos en Zafferana Etnea, un pueblo rodeado de viñedos y naranjales, famoso por su miel de naranjo. Gianni nos dio la opción de comer en el restaurante “Moulin Rouge” un menú compuesto de platos típicos de la región o hacerlo en el pueblo donde cada uno quisiera.
Nosotros elegimos el “Moulin Rouge” y no nos arrepentimos. Lo único malo es que prácticamente nos lo trajeron todo a la vez y no dábamos abasto. Al principio fue una comida un poco estresante. Nos pusieron berenjenas y calabacines de diferentes maneras, quesos de distintos tipos y otras cosas que ya no recuerdo. Todo estaba muy bueno, incluido el postre que consistió en un sorbete de limón muy suave.
Ya habíamos cogido fuerzas para visitar Taormina.