Nos pegamos un buen madrugón para volar a Ankara (Ánkara para los turcos). Allí Justo y yo nos juntamos con el resto del grupo (éramos 24 personas), con nuestro guía Timur y nuestro chofer Satelmüch.

Al ir acercándonos a Ankara íbamos viendo barrios sobre las colinas que rodeaban la ciudad. Timur nos explicó que eran barrios obreros, equivalentes a nuestras chabolas, aunque, podíamos observarlo con nuestros propios ojos, con mucho mejor aspecto.

Timur nos contó que los turcos en general son muy respetuosos con las creencias de cada persona. Incluso puede llegar a ser delito el que alguien amoneste a otra persona por estar comiendo durante el ramadán. Turquía es un estado laico y el gobierno toma papeles para que se respete la libertad de creencia.

Ersoy, otro guía turco, que he conocido (por e-mail) después de mi viaje a Turquía, dice que él ha comido muchas veces durante el ramadán y que no entró en una mezquita hasta que tuvo 30 años, y esa vez lo hizo para saber qué explicaban dentro. Las mujeres que trabajan para el estado tienen prohibido ir tapadas y en muchos trabajos la minoría religiosa incluso tiene problemas porque no les dejan tiempo para la horación.

La religión en Turquía se ve como algo personal y no como algo público y obligatorio.

Poco a poco ocurrirá lo mismo con la manera de vestirse. Cada uno/a se vestirá cómo más le guste sin pensar en la "etiqueta" musulmana. Timur nos dijo que en el viaje veríamos mujeres tapadas y mujeres vestidas a la moda europea, pero que eso iba más unido a las costumbres que a una obligación impuesta.

Gracias a las explicaciones de Timur, le sacamos bastante jugo a la visita del museo. Allí hay restos de las civilizaciones desde el neolítico a la época romana.

La parte central está dedicada a los Hititas, que vivieron en Anatolia desde el siglo XIX hasta el siglo XIII a. de C. Fue una de las grandes civilizaciones de la Era del Bronce y habló uno de los idiomas más antiguos de la familia indoeuropea, fuente de todas las lenguas habladas en Europa, India y más allá.

Era un Museo pequeño pero muy interesante. Los relieves que hay y las piezas encontradas en las excavaciones son preciosas.

Mientras llegábamos al centro de ánkara Timur nos fue contando la historia de la ciudad y cómo está unida a Mustafa Kemal Atatürk (Selanik 1881-Ankara 1938). Desde aquí él dirigió la revolución que liberó a Turquía de las potencias europeas después de la I Guerra Mundial.

Timur contó que, aunque tuvo algunos defectos, sus virtudes pesaban mucho más. Pudo ser un dictador y prefirió ser un revolucionario.

Según Timur pasó muchas temporadas en la cárcel e incluso fue condenado varias veces a muerte por sus rebeldías (pertenecía al movimiento clandestino llamado "Hogar y Libertad" que luchaba contra el despotismo de los sultanes), pero siempre conseguía librarse e incluso ascender cada vez más en el escalafón militar.

Atatürk no tuvo hijos, con lo que pudo dedicar su vida a Turquía. El título Atatürk significa padre de los turcos.

El libro "De parte de la princesa muerta" de Kenizé Mourad da el punto de vista de los sultanes. Para ellos Mustafa Kemal fue un traidor y su opinión sobre él es lógicamente sesgada. Supongo, de todos modos, que hay cosas que no deben estar muy lejos de la realidad.

En el libro, los sultanes empiezan primero considerándolo un héroe (se refieren a su actuación en la batalla de los Dardanelos, contra las tropas aliadas):

"Desafiando la opinión de sus superiores, se enfrentó a todo un ejército europeo, más numeroso y mejor equipado. Su audacia, su confianza absoluta en sí mismo y en sus hombres le hicieron superar una situación que todos los expertos - tanto en Estambul como en el frente - habían juzgado desesperada. Aquella victoria, consecuencia de su genio militar, lo hizo célebre. Tanto más cuanto que meses más tarde, frente al ejército ruso, reconquistó las ciudades de Blitis y Much, consiguiendo así los únicos éxitos turcos en medio de una serie de derrotas.

La joven generación, decepcionada por los errores de los políticos y los fracasos de sus viejos generales, lo pone por las nubes. Y las mujeres se vuelven locas por él. No sólo es valiente, sino bello y arrogante. Tiene la tez clara, los pómulos altos y unos ojos azules que relampaguean, pero que a veces pueden ser dulces. Nacido en Salónica, dicen que es de origen albanés. Su padre era un pequeño empleado de aduanas, pero él parece un príncipe, esbelto con su uniforme de corte perfecto. Además, está íntimamente convencido de su superioridad y toda su persona irradia una fuerza y una energía casi salvajes.

De regreso en Estambul después de la guerra, se lo ha visto en la corte. Al sultán le gusta consultarlo sobre el estado de ánimo del ejército y escuchar sus opiniones no conformistas.

[...] es con mucho el mejor general de nuestro ejército, pero es muy violento y bebe en demasía. Y luego se dice... que tendría ideas republicanas"

Cuando Mustafa Kemal va a Anatolia la familia real piensa que es fiel a las órdenes del sultán:

"Oficialmente va a pacificar el interior del país. [...] los ingleses están furiosos y amenazan con enviar a sus tropas para restablecer el orden. [...] el sultán teme que si las tropas extranjeras penetran en el interior no se vayan más. [...] en tanto Comendador de los Creyentes (pues jefe del Estado ya no lo es más que como título), ha prometido a los ingleses que terminaría con los desórdenes. [...] Nuestro padischah juega con dos barajas: por un lado, demuestra una gran flexibilidad con el ocupante, esperando obtener de esta manera el mejor tratado de paz posible; y por otro, no se opondría a una rebelión en Anatolia."

Pero pronto cambian de idea:

"El bajá es seguramente un genio militar, pero es un monstruo de ambición. [...] Cuando Su Majestad envió a Kemal a Anatolia, confió en él. Ahora lo cree capaz de todo."

"...la Gran Asamblea de Ankara ha votado la abolición del sultanato. [...] Los conservadores, e incluso los moderados, están lejos de compartir los puntos de vista de Kemal. Quieren una monarquía constitucional controlada por los nacionalistas. [...] (Kemal) Subió a la tribuna y ... os leo las palabras exactas que empleó: 'Sería oportuno que todos los miembros de esta asamblea aceptaran este punto de vista (la abolición del sultanato). En caso contrario, no podrán cambiarse los hechos de la ineluctable realidad, pero podrían rodar muchas cabezas' "

En resumen, yo creo que tenía buenas intenciones. Quería modernizar el país. Lo convirtió en un estado laico, introdujo los códigos penales, la indumentaria y el calendario occidentales, adoptó el alfabeto latino y eliminó la disposición constitucional que designaba al Islam como religión oficial.

Pero pienso que no fue democrático. No dejó opinar a nadie que le contradijera. Quizá fuera el único modo de evolucionar de una manera rápida, pero eso no lo sabemos. Acabó violentamente con la oposición y se convirtió en un dictador con apariencia de demócrata.

Quizá por eso tanto los fascistas como los izquierdistas le tienen como líder. Según el libro "El Puente del Cuerno de Oro" de Emine Sevgi Özdamar en el 68, tanto los estudiantes revolucionarios como los grupos fascistas usan a Atatürk como referente:

" Los estudiantes siguieron tirando piedras a la policía, pero no a los soldados, y gritaron: 'Pueblo y ejército, solidarios mano a mano. Viva Atatürk. Atatürk llega'. Los fusiles y los cascos de policías y soldados centelleaban juntos bajo el sol ardiente. Los estudiantes estaban alrededor de la estatua de Atatürk cantando el himno turco, y la policía y los soldados se prepararon."

[...] "Ahora desfilaban los Lobos Grises y, ante la estatua de Atatürk, juraron hacer la guerra al comunismo."

De todos modos lo que intentó hacer sólo se cumplió en parte. En "Los Palacios de la Memoria" de Alev Lytle Croutier habla de la situación en 1997:

"Un grupo de transeúntes esperaba a que cambiara el semáforo junto a una estatua gigantesca de Atatürk que señalaba con el índice a una mujer abrazada a un ramillete de trigo y a un joven soldado atacando con su bayoneta.

Una bandada de colegialas no mucho menores que Nellie, con pañuelos en la cabeza, cruzaron la calle. Atatürk permanecía en segundo plano señalándolas con la misma intensidad.

- Me pregunto qué pensaría de todo esto - dijo a Camilla, que asomó la cabeza por otra ventana -. Niñas con pañuelos. Mujeres con charshaf. Hombres barbudos con beanies. No puedo creer esta vuelta atrás.

- Ahora están en todas partes - suspiró Camilla -. ¡Cómo me parte el corazón ver a tantas jovencitas tapadas! Hasta en la universidad. Las ves por todas partes. Atatürk se revolvería en su tumba si supiera adónde hemos ido a parar después de todos sus esfuerzos por elevar la condición de las mujeres. Pero ¿qué podemos hacer? Somos un país pobre.

- ¿Qué tiene que ver esto con ser pobres?

- La gente pobre necesita la religión. El fundamentalismo es una respuesta a la industrialización."

Sea como sea Mustafa Kemal fue una persona muy importante en la historia de Turquía y por todos lados hay estatuas, monumentos o fotos que lo recuerdan.

Después del museo, visitamos el mausoleo de Atatürk. éste no fue c onstruido ni diseñado durante su vida a diferencia de los de muchos dictadores (como Franco por ejemplo). Según Timur, él simplemente quería ser enterrado en su casa de campo en ánkara. Sin embargo a su muerte no se cumplió su voluntad y se construyó el grandioso mausoleo que visitamos.

Es una muestra más del culto que existe en Turquía hacia Mustafa Kemal. El edificio de piedra caliza es un cruce entre un templo clásico y un monumento moderno. El sarcófago de piedra pesa 40.000 kilos y el mausoleo ocupa toda una colina con jardines.

Dimos un paseo por allí y seguimos camino hacia la Capadocia.

En ruta paramos a comer. La comida consistió en una especie de tortita (como las mexicanas) rellena de tomate, pimiento, cebolla... y luego un plato típico que llevaba carne cortada en tiras muy pequeñas asada con tomate y pimiento. Lo servían en un plato muy grande de cerámica del que cada uno cogía lo que quería.

Durante el viaje hacia Capadocia nos paró la policía. Al parecer nuestro conductor se había pasado en 10 km./hora la velocidad permitida. Nos pusieron una multa por exceso de velocidad y según Timur se portaron bien porque le podían haber puesto puntos (negros) al conductor y no lo hicieron. No sé exactamente que sistema tienen pero entendí que había un límite de puntos anuales que puede tener un chofer y supongo que a partir de ese número de puntos habrá sanciones.

Alguien insinuó que igual con un soborno se hubiera arreglado pero Timur replicó enseguida que eso estaba súper perseguido y que el intento de soborno era motivo de cárcel. Más tarde Ercan (el otro guía) nos dio una visión muy distinta pero ya lo contaré en su momento.

Esta parada no estaba prevista en el itinerario. Fue un regalo de Timur y, como no, de Satelmüch.

Según nos contó Timur, la sal de este lago la forman unas bacterias que viven en él. Durante el verano la población es pequeña y el color del agua es el normal. Sin embargo, en invierno, el agua de los ríos baja por las montañas y arrastra con ella gran cantidad de azufre. Las bacterias se alimentan de este azufre y se multiplican. Entonces el color del agua cambia a una tonalidad entre rosado y rojo.

Los desechos que estas bacterias desprenden es la sal del lago.

Caminamos unos minutos sobre la sal dura, nos hicimos unas fotos y continuamos nuestro viaje.