Al día siguiente madrugamos mucho (vamos, lo normal durante el circuito) para poder coger el ferry que nos llevaría a la orilla europea del estrecho.
En el recorrido Timur nos recomendó cosas que ver en Estambul como la iglesia de San Salvador en Chora y el Bósforo.
También nos contó que el monte Ararat de la Biblia está al este de Turquía y que es posible que el famoso diluvio universal hubiera consistido en la formación del Mar Negro. Lo que ahora es el Bósforo entonces sería una presa natural, el nivel del agua del Mar de Mármara presionó y rompió la presa y así se formaron el Bósforo y el Mar Negro.
Hicimos una parada "técnica" poco antes de llegar a Estambul y allí tuve la oportunidad de comprar con ayuda de Timur un CD de Tarkan (la música de moda en Turquía). Una de sus canciones llevábamos oyéndola durante todo el circuito y no quería quedarme sin llevármela de recuerdo. Después he oído el CD entero y me ha encantado. Además me he ido enterando de muchas cosas sobre Tarkan y su música. Hay un montón de páginas de Internet que hablan sobre él y que traducen sus letras al inglés (así es mucho más fácil entenderlas).
El título del álbum: "Ölürüm sana" significa: Moriría por ti (romántico ¿no?) ; y la canción más conocida, "Simarik", quiere decir: malcriada (vamos, una chica que le hace sufrir mucho). La mayoría de las letras son de tema amoroso y las canta con mucho sentimiento. Tarkan nació en Alemania de padres turcos y su música es un éxito en toda Europa (menos en España). Actualmente vive en Estados Unidos y prepara un LP en inglés.
El Gran BazarLlegamos a Estambul, y ya que teníamos la tarde libre, aprovechamos para tener nuestro primer contacto con el precioso laberinto de tiendas que es el Gran Bazar.
El Kapali çarsi (mercado cubierto) o Gran Bazar fue construido por Mehmet Fatih alrededor del 1453 y se ha ido ampliando y reformando después de sufrir varios temblores de tierra e incendios. En 1954 después de un incendió se restauró y modernizó, modificando los arcos y las cúpulas e iluminando mejor las tiendas. En él hay miles de puestos de joyeros, orfebres, zapateros, fabricantes de ropa, comercios de artículos turísticos, alfombras, muebles y decoración, además de restaurantes, cafés y salones de té.
Es increíble la gente que habla español allí. Un dependiente nos dijo al pasar: "Aquí engañamos menos". Era muy divertido, pero empezaba a ser un poco agobiante porque según pasabas te iban ofreciendo todo tipo de cosas y en ese momento teníamos mucha hambre y simplemente buscábamos un sitio para comer.
Mezquita de Soliman el MagníficoDespués de dar unas cuantas vueltas encontramos un sitio que tenía buena pinta (aunque no era el que andábamos buscando). Comimos muy bien y seguimos camino hacia la mezquita de Solimán el magnífico (Süleymaniye Camii) que nos encantó.
Esta mezquita se construyó desde 1550-1557 y es una de las obras maestras del arquitecto Sinán.
Cerca de la mezquita están las tumbas de Solimán, de su mujer Roxelana y del arquitecto Sinán.
Empezábamos a cogerle el gusto a visitar las mezquitas (sobre todo yo). Era muy agradable sentarse en las alfombras, descansar del paseo y ver los azulejos, las vidrieras, la belleza de la mezquita. No me cansaba de estar allí, tenía un efecto relajante que no tienen para nada las iglesias católicas que lo único que dan es frío.
El Acueducto de ValensDe allí nos fuimos a conocer el acueducto de Valens, construido en el 378. Era parte del sistema de aprovisionamiento de agua para la ciudad. No está mal, pero eso sí, el de Segovia es mucho más bonito. Además hay mucho tráfico que pasa por sus arcos y está un poco ennegrecido de la polución.
Eso en Segovia, afortunadamente, lo han arreglado desviando el tráfico.
Mezquita Mehmet FatihSeguimos andando y pasamos por la Sehzade Camii (mezquita del príncipe), también de Sinán. También vimos la Burmali Minare Camii con su minarete retorcido y llegamos a la Mehmet Fatih Camii.
La mezquita del sultán Mehmet Fatih está en un alto y es bastante grande, pero no nos gustó demasiado. Quizá fue porque estaba en obras. Fue erigida entre 1463 y 1470 pero se destruyó completamente en el terremoto de 1766. Se reconstruyó más tarde pero no ha recuperado su antiguo esplendor.
Estábamos un poco cansados de andar y cogimos un taxi para ir hasta San Salvador en Chora (Kariye Camii). Timur nos la había recomendado, pero llegamos una hora tarde y ya estaba cerrada.
Ya no tuvimos oportunidad de volver, había muchas cosas que ver y Kariye estaba demasiado lejos. Es de las cosas que nos quedan para cuando volvamos otra vez a Turquía.
Algunos compañeros del viaje la visitaron y confirmaron que valía la pena ver sus maravillosos mosaicos.
Cena en KumkapiHabíamos quedado con gente del grupo para cenar en Kumkapi. Nos lo pasamos genial. A todos les encantó la zona (nosotros éramos los únicos que la conocíamos de la primera noche) y la cena estuvo también muy rica.
Lo único regular es que casi nos quedamos sordos con el sonido de los músicos del restaurante. La música era agradable, pero no había quién hablara con ese guirigay.
Después de recorrer todas las mesas varias veces acabaron con nosotros y para homenajearnos un poco nos tocaron el porompompero.
Fue una noche divertida.
El BósforoPor fin íbamos a conocer el Bósforo (Bogaziçi), que en turco significa: el estrecho. Cogimos el barco en EminÖnü y pudimos ver Palacio de Dolmabahçe, la mezquita de OrtakÖy, el hotel çiragan (también antiguo palacio de los sultanes), el palacio de Beylerbey, las maravillosas casonas de las orillas y las preciosas fortalezas de Rumeli Hisari y Anadolu Hisari.
Lo primero que pudimos observar, en la orilla europea, fue la enorme fachada (248 m) del Palacio de Dolmabahçe (jardín cegado en turco). Sus muelles se extienden a lo largo de 600 m. La construcción del Palacio se inició por orden de Abdül Mecit en 1842 y se acabó en 1853.
A unos 500 m está el Palacio de çiragan, hoy hotel y casino que fue construido en 1874, destruido por un incendio en 1910 y reconstruido recientemente.
También en la orilla europea vimos la Mecidiye Camii, la mezquita del barrio de OrtakÖy, que está casi debajo del puente del Bósforo (Bogaziçi KÖprüsü). Este puente, inaugurado en 1973, es el sexto puente más grande del mundo (1.074 m).
Pasando el puente y ya en la orilla asiática estaba el Palacio de Beylerbey (= bey de los beys = gobernador de la provincia) que en principio fue residencia de Mehmet Pacha, gobernador de Rumeli. El Palacio actual está construido sobre la antigua residencia como palacio de verano de los sultanes.
Después de Beylerbey pasamos por las dos fortalezas del Bósforo: Rumeli Hisari en la orilla europea y Anadolu Hisari en la asiática.
Rumeli Hisari fue muy importante en la conquista de Estambul (entonces Constantinopla) por Mehmet II el conquistador. Se construyó en 1452, en menos de 4 meses y sirvió para controlar el paso marítimo. Hoy es un museo.
La fortaleza de la otra orilla: Anadolu Hisari es más antigua, del 1396, y fue levantada por Bayaceto I, abuelo de Mehmet II.
Pasamos por debajo del puente de Mehmet Fatih (Fatih Sultan Mehmet KÖprüsü), construido en 1988 y 10 m mayor que el anterior, y nos bajamos en Kanlica.
Kanlica es un pequeño pueblo a orillas del Bósforo y donde al parecer es muy famoso su yogur, aunque no tuvimos ocasión de probarlo.
Palacio de DolmabahçeDe allí cogimos un taxi que nos llevó al Palacio de Dolmabahçe.
El Palacio nos encantó. Había salas preciosas con sus alfombras, sus lámparas impresionantes, sus cuadros, sus esculturas, sus chimeneas... Pero lo que más nos gustó fue el maravilloso baño turco, forrado de alabastro traído de Egipto en planchas y labrado en las mismas paredes del baño. El baño daba al Bósforo y la luz del sol entraba iluminándolo.
Taksim y GalatasarayDespués de la visita nos dirigimos a Taksim el centro moderno de Estambul. Según nos contaron luego, cada vez que hay algún acontecimiento se festeja o se protesta en esta plaza.
Lo cierto es que está llena de gente que viene y va y tiene los hoteles más grandes y lujosos.
Cominos en un autoservicio muy barato. Probé una sopa que luego descubrí que era de callos (nunca se me hubiera ocurrido hacer una sopa de callos, pero estaba muy buena). De segundo nos tomamos una especie de bola echa de berenjena, arroz, de carne, queso y bechamel que también estaba muy rica.
Y ya cargados de energía bajamos la Istiklal Cadessi hacia la Torre Gálata. Es una calle muy animada y aunque era domingo había muchas tiendas abiertas. En el siglo XVI se instalaron aquí las grandes embajadas europeas, construyendo palacetes. Con la llegada de la república en 1923 y el traslado de la capital a Ankara, estas embajadas pasaron a ser consulados.
Sin desviarnos de la Istiklal, cruzamos el barrio de Galatasaray y pasamos por el Liceo que le da nombre.
Cerca del Liceo hay dos mercados cubiertos muy interesantes: el mercado de los pescados de Galatasaray (Galatasaray Balik Pazar) y el pasaje de las Flores (çiçek Pasaji) y un precioso restaurante, el restaurante ruso de Ayaspacha. También vimos el tranvía que recorre la avenida.
También visitamos el Hotel Pera Palas, que acogía a los viajeros del Orient Express y donde se hospedaron ágata Christie, Mata Hari, Greta Garbo, Sarah Bernhardt... aunque no entramos en ninguna habitación nos paseamos por algunos salones que nos encantaron.
La Torre GálataY por fin llegamos a la Torre Gálata. Esta torre tiene unos 60 m de altura y fue construida por los genoveses hacia 1348 como parte de las murallas que les protegían de ataques de los ejércitos bizantinos.
Después de la conquista de Mehmet II, ha servido de cárcel, de observatorio y de lugar de vigilancia de incendios. Ahora tiene en su piso más alto una sala de fiestas, un restaurante y un café.
Estábamos cansados de andar y fue agradable tomarse un té (de manzana, por supuesto) viendo Estambul al otro lado del cuerno de oro: La Mezquita de Solimán, el acueducto, Fatith... no te aburrías de contemplar el paisaje.
Cuando ya habíamos reposado bastante en la Torre Gálata, cogimos un taxi hasta Eminönü y antes de volver al hotel entramos en la Mezquita nueva (Yeni camii). Habíamos pasado un montón de veces por delante y no nos habíamos decidido a verla por dentro.
Era preciosa y daban ganas de no moverse de allí. La sensación dentro de la mezquita era cálida y relajante. Con lo que me estaban gustando las mezquitas iba a acabar por convertirme.
Salida nocturnaDespués de cenar fuimos a conocer un salón de té.
El sitio tenía un cementerio en la parte de la entrada. Ya habíamos pasado varias veces por allí pero no nos habíamos atrevido a entrar. Dentro estaba lleno de hombres (ni una mujer) con narguiles, fumando, jugando al backgamon y tomando té.
Era un lugar precioso y muy interesante. Pedimos una pipa y nos divertimos un rato fumando y, como no, bebiendo té (sí, claro, de manzana).