Nos acercamos a la orilla del río para buscar un taxi. Enseguida varios taxis nos ofrecieron sus servicios y elegimos un coche enorme en el que, aunque un poco apretados, ¡cabíamos los 9!.
Después del consabido regateo quedamos en 30 libras egipcias hasta el Museo.
Al pagar al taxista no teníamos las 30 libras justas y le dimos 50, (unos 6.6€). Naturalmente no nos devolvió el cambio, pero nos dijo que nos esperaría a la salida del museo.
Mientras estábamos en la cola del museo coincidimos con unos compatriotas nuestros. Eran Pedro J. Ramírez, Ágata Ruiz de la Prada y sus hijos, que también entraron al museo.
El museo nubio fundado en 1998 es un modo de mostrar la gran variedad y riqueza de la cultura egipcia y el importante papel que la región Nubia tiene en ella. Consta de exposiciones sobre los diferentes periodos de su historia desde la prehistoria hasta la construcción de la presa de Asuán.
También hay una sección dedicada al traslado y salvamento de los templos nubios y otra sobre la vida cotidiana de los nubios.
Realmente es un museo muy bien organizado y con mucha información interesante. Muy recomendable.
A la salida del museo nuestro taxista nos esperaba. Queríamos pasar a conocer el Hotel Old Cataract, que estaba cerca del museo, para tomar un café. Nuestro taxista nos acercó por la entrada de vehículos y allí nos dijeron que la cafetería estaba cerrada y que no podíamos pasar.
Si hubiéramos ido por la puerta principal podíamos habernos dado un paseo por los jardines y cotilleado un poco por allí, pero por la buena intención del taxista que quería llevarnos en coche hasta la cafetería, no pudimos entrar.
Así que seguimos camino. Era de noche y Justo dijo al conductor que encendiera las luces. Así lo hizo, pero, unos segundos después el coche dejó de funcionar y quedó parado en la calle. ¿Sería por haber encendido las luces?... ¡por eso las llevaba apagadas!.
En fin, para nosotros no hubo ningún problema. Nuestro taxista avisó a otro, y este nos llevó hasta el barco.
Intentamos renegociar el precio de vuelta, pero las 30 libras que seguíamos ofreciendo no colaban después de las 50 que habíamos pagado.
Samir nos contó luego que el precio normal de ida y vuelta eran unas 20 libras. Vamos, que hicieron el agosto con nosotros, aunque, por otro lado, no podemos olvidar que íbamos los nueve en el mismo taxi...