La fortaleza de Babilonia es construida por Trajano entre los años 98 y 117 en lo que hoy es el barrio copto de El Cairo. Este sería uno de los primeros antecedentes de la actual capital egipcia.
En el año 639, la fortaleza es tomada por el ejército de Amr Ibn al-As y se convierte en el punto de partida de la islamización de Egipto. En esta misma zona se funda una nueva ciudad llamada Al-Fostat que significa “campamento” debido a que tiene el aspecto de un campamento militar dominado por la mezquita.
La dinastía abasida crea en el 750 un nuevo centro militar y administrativo al norte de Al-Fostat al que llama Al-Askar (“el ejército”).
Ahmad ibn Tulun, abasida de origen turco funda en el 870 Al-Qatai, alrededor de la mezquita que lleva su nombre. El nombre de Al-Qatai significa “los lotes” debido al reparto de terrenos que se hizo entre los partisanos.
Al-Qatai se incendia y acaba sirviendo de cantera para la fundación de Al-Qahira (“la victoriosa”) en el 969, que estará por primera vez protegida por una fortaleza.
Al-Qahira o El Cairo está situada al norte de sus tres predecesoras y se convertirá desde entonces en la capital de Egipto.
Entre 1176 y 1207 Saladino construye la ciudadela rodeando lo que entonces era El Cairo y abre las puertas de la ciudad a artesanos y jornaleros. Sus sucesores los Mamelucos y los Otomanos continúan desarrollando la ciudad.
Después de la revolución de 1952 y en los años sesenta se produce un gran crecimiento demográfico hasta llegar a los 12 millones de habitantes actuales, o sea la cuarta parte de la población del país. Su densidad media es de 50.000 habitantes por km 2 , que se eleva en algunos barrios hasta los 250.000, considerándose la ciudad más poblada de África y un gran centro político, cultural y económico dentro del Oriente Medio.