A la vuelta hacia Luxor pudimos bajarnos del barco en Esna.
Aquí, según decían las guías había un templo que se podía visitar y un mercado, (¿cómo no?).
Nos dirigimos bordeando el río hacia el norte, buscando la calle del mercado que era perpendicular al río. Sabíamos que el templo estaba al final de esa calle, así que la recorrimos intentando no poner cara de interés y llegar así rápidamente a nuestro objetivo.
Enseguida vimos el templo, pero tuvimos que desandar el camino andado, porque resultó que las entradas había que comprarlas en una caseta que estaba al borde del río.
Ya con las entradas en la mano, entramos en el templo de Esna.
Está por debajo del nivel de la ciudad porque ésta se ha ido construyendo sobre sus ruinas. Cuando los soldados de Bonaparte llegaron al templo, estaba enterrado de tal manera, que ellos pudieron fácilmente grabar sus nombres en lo alto de las columnas.
Está dedicado a Khnum (o Snum o Cnum), el dios con cabeza de carnero que modelaba a los humanos en su torno de alfarero y era el protector de los artesanos. El edificio data del siglo II a. C. y fue construido por orden de Ptolomeo VI y Evergete II sobre las ruinas de otro antiguo santuario de la XVIII dinastía.
De él sólo queda la sala hipóstila edificada en el siglo I a. C. por tres emperadores romanos: Tiberio, Claudio y Vespasiano. Tiene 24 columnas de más de 13 metros de alto, con preciosos capiteles en forma de flores y plantas, todos diferentes unos de otros. Un muro bajo que une las 6 primeras columnas es lo que hoy forma la entrada al templo.
En las columnas aparece el calendario de las tres fiestas más importantes celebradas en Esna, (la creación cósmica de Neit, la elevación del cielo por parte de Khnum y su victoria sobre los hombres en rebelión), y gracias a sus textos se ha podido conocer los ritos de la vida religiosa antes de la llegada del cristianismo.
Por ejemplo, en el muro de la derecha se puede ver un precioso relieve que representa un rito mágico por el cual el faraón y los dioses capturan en sus redes a los enemigos de Egipto junto con peces y aves.
También hay otros relieves con jeroglíficos de cocodrilos y de carneros.
El templo fue usado anteriormente como granero y como tienda de algodón hasta la restauración actual.
Echamos de menos la explicación de Samir. Seguro que se nos escaparon muchos detalles interesantes.