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El viaje

Las propinas

Otra situación que nos trajo cierto descontento, fue la obligación de pagar 25€ por las propinas a los caleseros, maleteros, maquinistas, camareros,... que el guía iba distribuyendo. En nuestra cultura, la propina es algo voluntario que se da si se quiere. Además a todos nos quedaba la duda sobre quien sería el destinatario real de ese dinero. Por ejemplo, nos enteramos de que la propina de Ramadán estaba incluida, pero no la de Samir, nuestro guía local.

Pagar ese dinero te quitaba el engorro de tener siempre dispuesta moneda pequeña, porque es cierto que en Egipto, cada dos por tres, alguien te está pidiendo propina por algún supuesto servicio: se ofrecen a hacerte una foto y te piden dinero; regatean contigo y luego te piden propina por el descuento; o simplemente te hablan y te piden la famosa bakshis o directamente 1 euro..., pero aún así seguía sin cuadrar la obligatoriedad.

Un artículo de Isidoro Merino en El País del día 28 de febrero de 2004, dice textualmente: “ El baksheesh [o propina] es también parte importante del protocolo en los cruceros por el Nilo. Para uno de cuatro días lo habitual es prever un fondo de alrededor de unos 25 euros por persona.”

O sea, que se trata de una experiencia habitual para los turistas que viajamos a Egipto y por lo que parece no nos salió muy caro, ya que nosotros estuvimos 12 días en el país y los 25 euros que nos cobraron eran para las propinas del circuito completo.

En el muy recomendable libro “Ébano” de Ryszard Kapuscinski, al autor dedica algunos párrafos a hablar sobre la manera en la que ven la propina los africanos. Kapuscinski dice que “ La africana es una cultura del intercambio. Tú me das algo y es mi obligación corresponderte. Y no sólo una obligación. Lo exige mi dignidad, mi honor y mi humanidad.[...] Surgen muchos malentendidos cuando una de las partes no comprende que son susceptibles de intercambio valores de naturaleza diversa, por ejemplo, que los simbólicos se cambien por materiales y viceversa. Si un africano se acerca a unos escoceses, no deja de colmarlos con un sinfín de regalos: los agasaja con su persona y atención, al prevenirle de los ladrones les ofrece información, les proporciona seguridad, etc. Es lógico que hombre tan generoso espere ahora que se le corresponda, que se le ofrezca una recompensa que satisfaga sus expectativas. Sin embargo, ve, atónito, que los escoceses ponen cara de vinagre o que incluso, ¡le dan la espalda y se marchan!

Así que, quizá sea un problema de entendimiento entre culturas, ¿no?.

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