El nombre árabe actual significa “monasterio del norte”, debido a que existió aquí un monasterio en la época copta.
Antiguamente se llamaba a este valle “geser”, que significa sagrado y estaba dedicado a la diosa Hator.
Existieron tres templos en este lugar: el de Nebhepetre Mentuhotep, el de Hatshepsut y el de Tutmosis III.
El que nosotros visitamos fue el de la reina Hatshepsut.
Este lugar es tristemente famoso por la matanza de turistas alemanes en 1997. La seguridad actualmente está garantizada por el control de objetos metálicos a la entrada y por la cantidad de vigilancia policial que hay, del mismo modo que en el resto de las atracciones turísticas egipcias.
El proyecto del templo se le atribuye a Senmut, “Gran Intendente de Amón”, que se construyó una tumba para él debajo de la primera terraza del templo.
Dicen las “malas lenguas” que Senmut y Hatshepsut eran amantes y que por ello, él quiso que su tumba estuviera cerca de la de su amada. Lo que sí es seguro es que la reina confiaba plenamente en él y le tenía en gran aprecio.
Senmut quería que el templo de Hatshepsut se integrara en el paisaje que le rodeaba.
La construcción duró 15 años y se escogió este emplazamiento por estar en el valle de la diosa Hator; por estar en el eje del templo de Amón en Karnak ;y por estar cerca de la tumba de la reina excavada en el valle de los reyes, al otro lado de la montaña.
Durante el reinado de Tutmosis III, el templo sufrió muchos desperfectos, ordenados por este rey que quiso que se eliminara el nombre de la reina Hatshepsut.
Las destrucciones continuaron en la época de Akenatón / Amenhotep (o Amenofis) IV, Ramsés II y finalmente en la época copta.
Nos acercamos al templo por el primer patio que acaba en el pórtico inferior de columnas, adornado con relieves sobre el transporte de los dos obeliscos que llevó la reina desde Asuán hasta Karnak y con escenas de caza y pesca. Eso sí, los relieves están tan deteriorados que no se distingue prácticamente nada.
Una primera rampa nos lleva al segundo patio y al pórtico central donde, a la derecha están los relieves de la famosa expedición al país de Punt y a la derecha escenas de la coronación de la reina. En los dos extremos quedan los restos de una capilla de Hator a la izquierda y de otra de Anubis a la derecha.
Una última rampa nos lleva a la terraza superior, con un pórtico decorado con estatuas osiríacas de la reina, muchas destruidas, que accede un patio de columnas y a las zonas dedicadas al culto del sol y de los reyes Hatshepsut y su padre Tutmosis I.
En la época ptolemaica, el santuario de Amón, situado al fondo de la terraza superior, fue ampliado y dedicado al culto de dos grandes arquitectos divinizados: Amenhotep hijo de Hapu, arquitecto de Amenhotep III; e Imhotep, el autor del proyecto de la pirámide de Saqqara, asociada con Asclepio, el dios de la medicina. En esta época esta tercera terraza se convirtió en un sanatorio, en la que esperaban su curación los enfermos.
(El protagonista del libro "Ladrones de Atlántida" de José Ángel Muriel, es Imhotep. En él se da una interesante interpretación de la vida del importante personaje egipcio, uniéndola con la historia de la Atlántida. Podéis obtener más información sobre este entretenido libro en: http://www.elautor.com/)