El último día de nuestra estancia en Malta volvimos a La Valletta y, esta vez, sí que pudimos por fin entrar en la catedral.
La concatedral de La Valletta fue construida entre 1573 y 1578 según los planos de Girolamo Cassar, convirtiéndose en el convento de la Orden de San Juan y ocupando el lugar de la iglesia de St Lawrence en Vittoriosa.
Por fuera, la fachada está enmarcada por dos campanarios, pero es un poco simple. Por dentro, sin embargo, es un tesoro del barroco maltés. La mayoría de los Grandes Maestres han sido enterrados aquí, en tumbas de mármol de diferentes colores; el altar principal está hecho de mármol y lapislázuli; la bóveda de cañón está decorada con pinturas al óleo de Mattia Preti; y cada pared y cada columna están ricamente adornadas.
Cada una de las 6 capillas laterales están dedicadas a las diferentes nacionalidades de los caballeros y dedicados al patrón del país correspondiente.
En la cripta están enterrados los 12 primeros Grandes Maestres de Malta, desde 1523 a 1623.
