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Marrakech

Jardines de La Menara

Empezamos nuestra visita de Marrakech por los jardines de La Menara.

Estos jardines están en el Gueliz, la zona moderna de Marrakech, donde estaban nuestros hoteles. La palabra Gueliz viene del gres que se utilizó para la construcción del barrio, material que está muy presente en un cerro rocoso de la zona. Sin embargo, según nuestro guía El Arbi, es simplemente una deformación de la palabra francesa église (iglesia).

Gueliz es el barrio de los hoteles, los bancos, las instituciones, las tiendas y los cafés modernos.

La Jutubia desde los Jardines de la MenaraJardines de La MenaraNuestro minibús nos llevó hasta la entrada de los jardines de La Menara, desde donde se ve el minarete de la mezquita de la Kutubia.

El parque tiene una extensión de unas 100 hectáreas plantadas de olivos. Dispone de un estanque del siglo XII alimentado con canalizaciones que vienen desde las montañas, y un pabellón Saadí restaurado en el siglo XIX a donde venían los sultanes con sus parejas.

Como presentación, nuestro guía El Arbi nos dijo que no era amigo de hablar mucho, que prefería que le preguntáramos cosas y contestarlas en la medida que pudiera y supiera, y nos avisó de antemano que en botánica era un analfabeto.

En eso de que no era amigo de hablar mucho, nos engañó. Ya nos iríamos dando cuenta de que le encantaba ejercer el placer de la conversación …

Estanque de La MenaraPabellón de La MenaraNos acercamos hasta el estanque de La Menara, El Arbi le pidió unas tortas de pan a un hombre que las vendía y nos dijo que nos preparáramos con las cámaras. En cuanto echó el pan en el estanque se empezaron a ver las cabezas de un montón de enormes carpas. Era difícil pillarlas en el momento en el que se asomaban para comerse el pan pero nos pasamos rato divertido intentándolo.

Alguien se fijó en un escenario que había en uno de los lados del estanque y El Arbi nos explicó que se había intentado hacer allí un espectáculo de luz y sonido pero que había fracasado, sobre todo porque los guías turísticos no lo habían apoyado. Para ellos, la construcción de estas gradas había destrozado la vista del jardín y del estanque, simplemente por el capricho de un mandatario que quería enriquecerse.

Es curioso que, sin embargo en Egipto, ese tipo de espectáculos proliferen tanto y a nadie le parezca que estropean los monumentos. Allí es, simplemente, un modo muy popular de sacar dinero a los turistas.

Salimos de los jardines y volvimos a nuestro minibús que nos llevaría a nuestra siguiente parada, la Kutubia.

Tomamos la avenida de la Menara y por el camino pasamos por el famoso hotel La Mamunia, construido en 1923. En ese momento no podíamos visitarlo porque estaban reformándolo. Al parecer se reforma cada cierto tiempo para que siga dando esa imagen de gran lujo oriental.

Su nombre se le dio por Mamun, el hijo del sultán Sidi Mohammed que poseía este palacio y en el han vivido numerosas celebridades como Richard Nixon, Jimmy Carter, Orson Welles o Rita Hayworth, entre otros.

Sus jardines se extienden sobre 13 hectáreas y albergan olivos, naranjos y múltiples especies vegetales.


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