Y después de pasar por las obras de reforma de la Mamunia, llegamos a la Kutubia, cuyo minarete es hermano de la Giralda de Sevilla y de la torre Hassan de Rabat.
Las tres torres se construyeron en el siglo XII, pero la primera fue la Kutubia (1158), comenzada por el sultán Abd el-Mumen y acabada por Yacub el-Mansur.
Ésta sirvió de prototipo de la Giralda (1184) construida por Abu Yacub Yusuf, y también de la torre Hassan en Rabat, que comenzó Yacub el-Mansur y se quedó sin acabar a su muerte en 1199.
El minarete de la Kutubia mide 77 m de alto y está construido en piedra rosada. Sus cuatro lados están decorados de manera diferente alternando arcos, pinturas florales y entrelazados esculpidos y está coronada por 4 esferas de cobre.
La leyenda dice que las esferas se hicieron de oro con las joyas de la esposa de Yacub el-Mansur que quería hacerse perdonar por haber roto el ayuno durante algunas horas.
El nombre de la mezquita viene de Kutubiyin o libreros, en árabe porque en los siglos XII y XIII, los vendedores de manuscritos los vendían a su entrada.
En 1147 se construyó aquí una primera mezquita que Abd el-Mumen destruyó porque no estaba correctamente orientada a la Meca. La mezquita que la sustituyó fue acabada por Yacub el-Mansur en 1199.
Como cosa curiosa El Arbi nos explicó la utilidad de una especie de poste de madera que está en la parte más alta de la torre. Aunque desde lejos parece una horca, es simplemente un mástil para una bandera. Cuando esta bandera está desplegada, indica a los sordos que es la llamada a la oración. Por la noche está iluminada para seguir realizando esta función.
Bajamos para hacerle una foto a la torre desde la calle. A los nos musulmanes no nos dejan acercarnos más desde que en 1921, la circular del mariscal Lyautey estipuló que los establecimientos de carácter religioso estaban reservados al estudio y a la oración y prohibidos a los no musulmanes.
Esta circular surgió en la época del protectorado francés para mejorar las relaciones entre musulmanes y no musulmanes y para mostrar respeto a las creencias de los marroquíes. Estoy segura de que entonces fue muy adecuada y conveniente. Lo que no entiendo es el sentido que tiene hoy en día.
El Arbi nos dijo que algunos monumentos que se habían abierto se han vuelto a cerrar por lo irrespetuosos y lo descuidados que somos los turistas. Pero eso de que por unos pocos lo paguemos todos no me parece justo. Además, con un poco de vigilancia se solucionaría el problema, ¿no?.
Esa excusa la podrían usar los museos, los templos y los monumentos de todo el mundo porque vándalos hay en todas partes, pero, afortunadamente, no la usan, y podemos seguir disfrutando de todos esos lugares.
En fin, una puerta cerrada a los no musulmanes como muchas otras que nos encontraríamos a lo largo de nuestro viaje.
Seguimos nuestro camino y nos adentramos en la medina por la Bab Agnau o puerta del cordero. Este acceso a la medina fue edificado por Abd el-Mumen a mediados del siglo XII, al mismo tiempo que la Kutubia, y está enmarcado de gres rojo y verde turquesa y esculpido con versículos del Corán en caracteres cúficos.
Dice la leyenda que fue construida con piedras importadas de Andalucía por moros expulsados de España.
Esta puerta da acceso a las tumbas Saadíes.