Menos mal que gracias a los contactos de El Arbi pudimos visitar el Mausoleo a pesar de que estábamos fuera del horario de visita.
El Mausoleo de Mulay Ismail, es otra de las excepciones dentro de los edificios religiosos que los no musulmanes podemos visitar. Fue Mohammed V el que levantó la prohibición de 1921 instaurada por Lyautey, así que gracias al abuelo del actual rey de Marruecos podemos disfrutar de este monumento.
El recinto consta de varias salas al aire libre, una mezquita y el mausoleo de Mulay Ismail.
Desde el patio se pasa a la sala del mihrab, de forma cuadrada y decorada con escayola esculpida, azulejos y una fuente en su centro. Las columnas que sostienen la cúpula provienen de las ruinas de Volubilis y el techo está cubierto con cedro esculpido y pintado.
Desde un lateral de esta sala se ve el mausoleo de Mulay Ismail, su esposa Lalla Jnuata y sus sucesores, también decorado con estucos y mosaicos. El suelo está cubierto de alfombras y, como cosa curiosa, los relojes que hay en la sala son un regalo que Luis XIV le hizo a Mulay Ismail.