Desde las ruinas de Volubilis se ve Mulay Idris una de las ciudades santas marroquíes, donde se conserva el mausoleo de Idris I, el santo más venerado de Marruecos, descendiente de Alí y de Fátima y fundador de la dinastía Idrisí en el siglo VIII.
En el 786, perseguido por los abasíes de Bagdad, Idris se refugió en Volubilis y comenzó su conversión de los bereberes al Islam, con tanto éxito que pronto fue reconocido como Imán o jefe religioso.
Sin embargo, Harum er-Rashid, el califa abasí de Bagdad decidió envenenarle en el año 791, ante su creciente popularidad,.
La zauía o mausoleo de Idris I está en el centro del barrio sagrado, al que no podemos acceder los no musulmanes y hasta aquí se acercan en agosto y septiembre los peregrinos que componen el “musen”, algo parecido a nuestras romerías.
Una vez más, tuvimos que conformarnos con ver la ciudad desde lejos y seguir nuestro camino hacia Meknes.
