En Agosto del 2006 fui de vacaciones a Marrakech. No tenia miedo, pero si respeto, sobre todo porque me ha costado mucho esfuerzo conseguir pagarme el equipo de fotografía.
Empecé a callejear nada más llegar y en cuanto me perdí, le pregunte a un Marrakchí dónde me encontraba y éste accedió a darme toda la información que yo quería.
Cuando vi el carácter de esta gente, me di cuenta de que era un lugar seguro para disfrutar de mis vacaciones.
Sí es cierto que pueden llegar a agobiarte ofreciéndote sus productos o encantos pero con un NO seco, si insisten, dejan de acosarte.
También es cierto que cuando vas a la plaza Djemaa el Fna, los encantadores de serpientes, dentistas callejeros,etc te piden dinero por fotografiarles, pero hay que entender que es su trabajo y del cual viven.
Dime si conoces algún país, menos desarrollado que el nuestro, en el que no vengan agobiando a los turistas. Es normal, ya que ellos creen que nos sobran los euros.
Yo gasté unos 45€ entre la gente por dejar que se fotografiasen y no me arrepiento ya que, gracias a ello, ahora he preparado una exposición que llevo por algunos pueblos de Navarra, mi tierra.
Por lo demás, animo a todo viajero que este interesado en ir a Marrakech, que vaya muy tranquilo, ya que es un lugar muy bueno para callejear, tan cercano y distinto al nuestro. Es, como yo titulo mi exposición: MARRAKECH, LA CIUDAD DE LOS SENTIDOS.
Guillermo Zubieta