Aunque no es una ciudad muy visitada por nosotros los turistas, la pequeña vuelta que dimos estuvo muy bien, y eso que no llegamos a ver todos los monumentos que tiene la ciudad.
Entramos en Catania por la Via Etnea que une el Etna con el centro histórico de la ciudad y ya pudimos ver desde el autobús algunos de sus edificios neoclásicos, así como parte de los jardines de la Villa Bellini, el parque público más importante de la ciudad.
Bajamos del autobús en la Collegiata (o Regia Cappella), de estilo barroco, realizada en 1758 por Stefano Ittar. Al lado está la plaza de la Universidad, diseñada por Vaccarini y Battaglia a finales del siglo XVIII.
Pasando entre la iglesia y los edificios de la universidad seguimos por la Via Alessi hasta cruzarnos con la Via Crociferi, llena de edificios religiosos y barrocos.
Aquí Gianni nos habló de la gran rivalidad que hay entre los palermitanos y los cataneses. Muchos palermitanos, aún sin conocer Catania, tienen la opinión de que esta ciudad no tiene nada interesante que ver. El mismo Gianni, que es de Palermo no cambió de idea hasta que se puso a estudiar su historia y sus monumentos y vio la cantidad de cosas de valor que tiene la ciudad.
Hasta con sus santas patronas tienen peleas las dos ciudades. Santa Ágata es la de Catania y Santa Rosalía la de Palermo y la discusión es quien hace mejores procesiones en honor a su santa. Según los Palermitanos, en la procesión de Santa Ágata en Catania los que llevan el paso hacen parada en todos los bares y por eso lo llaman la procesión de los borrachos.
También tienen diferencias, como he contado antes con la manera de diseñar las marionetas...
Está claro que cuando dos quieren discutir lo hacen por cualquier cosa, ¿no?.
Después de este inciso seguimos paseándonos por la Via Crociferi, pasando por debajo del Arco di San Benedetto que une la Badia Grande con la Badia Piccola. Según la tradición este arco se construyó en 1704 en una sola noche para obligar a las autoridades a unir los dos monasterios benedictinos en uno solo.
La iglesia de San Benedetto, perteneciente a la Badia Grande es del siglo XVIII y tiene una bonita portada en madera, tallada con escenas de la vida de San Benito.
Un poco más abajo llegamos a la iglesia jesuita de San Francesco en la que entramos para ver los “candelore”, construcciones en madera tallada y dorada que simbolizan los distintos gremios y que son sacados en procesión por Catania en honor de Santa Ágata.
