Nuestro siguiente monumento a visitar fue el altar de Hierón II (siglo III a.C.), con forma rectangular que tiene 23 metros de ancho y 198 de largo. Se utilizaba para efectuar los sacrificios públicos, posiblemente de toros durante las fiestas de Júpiter Libertador. Hoy sólo queda la base, el resto, igual que en el teatro, fue usado como cantera por Carlos V.Y de allí nos acercamos al Anfiteatro romano (siglo III d.C.), que es solamente más pequeño que el Coliseo romano y que la Arena de Verona con 140 y 120 m de diámetros máximos.
Sigue siendo un lugar precioso a pesar de que, de nuevo los españoles, lo utilizaron como cantera para las fortalezas de Ortigia y se uso como terreno cultivable hasta el siglo XIX, momento en el que se iniciaron las excavaciones.
Aquí se desarrollaban los espectáculos de gladiadores con fieras y las batallas navales.
Nos quedaban sólo unos minutos para darle una vuelta al anfiteatro y volver hacia el autobús, así que nos dimos prisa.
Habíamos acabado la visita a la Siracusa de tierra firme y nos dirigíamos hacia la isla de Ortigia.