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Siracusa

El parque arqueológico de Neapolis

Teatro griego y gruta del Ninfeo

Teatro griegoGruta del NinfeoA eso de las 12, cuando más pegaba el sol llegamos a Siracusa para visitar en primer lugar el Parque arqueológico de la Neapolis, que está en tierra firme.

Hacía muchísimo calor, lo que siempre pasa cuando hay que visitar ruinas al aire libre.

Empezamos conociendo a Santo, el guía que nos acompañaría en Siracusa. Iba todo vestido de blanco con un gorro de paja y nos llevó al Teatro griego dónde desde su nacimiento se realizaban importantes representaciones de Etneas, Esquilo y Epicarmo entre otros.

Tiene un diámetro de unos 140 m. y aunque se fundó en el siglo V a. C. se realizaron restauraciones en el siglo III a.C. (Hierón II) y en la época romana (siglos I-IV d.C.)

Está tallado en parte en la roca y podía acoger hasta dieciséis mil espectadores.

Desde lo alto de las gradas teníamos una preciosa vista de la ciudad con el mar al fondo. Esta situación, según nos contó Santo, favorecía que la temperatura fuera agradable para los espectadores del teatro porque llegaba la brisa marina y no hacía tanto calor.

Carlos V utilizó la zona de la escena teatral como cantera para las fortificaciones de Ortigia y por eso no queda prácticamente ningún resto de ella.

En la parte superior del teatro, donde nos encontrábamos, está la gruta del Ninfeo, una pequeña cascada de agua alimentada por un acueducto, que como vimos sigue funcionando perfectamente a pesar del paso de los años.


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